Una lectura tranquila?

Me encontraba sin nada que hacer, paseando por todo el Shibusen para conocerlo algo mejor. El unico lugar que no visité fue la biblioteca asi que fui hasta allí parandome en la puerta pues no era un lugar que me agradase ya que se utilizaba para estudiar y era algo que detestaba, ni si quiera tenia un piano con el que poder tocar algo para pasar el rato. Al final me decidí a abrir la puerta entrando en el lugar lentamente hasta fijarme en una chica que se encontraba leyendo algo. Por alguna razón se me hacía conocida, al principio me quede mirandola durante un rato hasta que decidí que lo mejor sería hacercarme a saludar pues no tenía nada mejor que hacer y hablar con alguien ayudaria a pasar este rato de puro aburrimiento. Me acerqué a ella por la espalda y antes de hablarle suspire profundamente pero ella no notó mi presencia asi que le soplé en la oreja y luego salude.

Hola chica...pareces nueva aquí-miré de reojo su extraño libro y despues la volvi a mirar a ella-

Sonreí al ver su sonrojo pero mi sonrisa cambio a seriedad al notar como ella me miraba como inspeccionandome, acerque mi rostro a ella, mirandola fijamente a los ojos, entonces con mi dedo piqué su mejilla.Era bastante suave y ella me miraba confusa sin saber porqué hacía todo eso, creí que iba siendo hora de las presentaciónes, besé su mejilla y despues con cara seria me presenté. Ella se quedo mirandome su rostro se volvió completamente rojo lo que me causo que me riera antes de decir mi nombre.

Mi nombre es Soul Eater Evans....pero prefiero que me llamen Soul

Seguía dandome la sensación de que la conocia pero ¿Por qué? si era la primera vez que la veia en el Shibusen. La mire de arriba abajo tal como ella había hecho anteriormente conmigo, a mi memoria vino recuerdos de mi infancia de una niña pequeña sonriendo pero solo podía ver esa sonrisa el resto del rostro estaba borroso, despues vi otro de la misma niña llorando en el suelo con la espalda sangrando como si alguien la hubiese herido. Di unos pasos atras por la sorpresa pero enseguida volvi a acercarme a ella, sujetando su menton para mover su rostro hacia los lados para inspeccionarla mejor.

Algo me dice que te conosco...pero logro recordar, ¿Como te llamas linda?

Aún estaba mirándola buscando algo que me ayudara a reconocerla del todo, cuando ella me reveló su nombre sonreí pero cuando se remangó dejando ver una cicatriz sentí un shock en mi mente que me hizo llevarme las manos a la cabeza. En mi mente apareció la imagen de una niña llorando llena de cortes y sangrando.Al volver a la realida la miré para entonces dar unos pasos hacia atrás, pero al ver como me miraba volví a retomar mi cercanía hacia ella para entonces acariciar la mejilla de la chica.

N-No...no recuerdo nada más-mentí-Te has vuelto muy linda blinder

Al parecer ella descubrió que mis palabras no eran del todo sinceras, así ella era, capaz de aveeriguar cuando mentía y cuando decía la verdad. Desde que eramos pequeños era incapaz de colarle alguna mentira pues era demaciado inteligente como para que eso funciosase con ella. Solté un suspiro pues me veía acorralado, sin escapatoria, ella parecía como si me forzase a decirle la verdad.

Tomé aire y me preparé para confesar todo lo que hasta ahora había recordado, pero temeroso de que ella aún guardase odio hacia mí pues el pecado que cometí era imperdonable. Dañar a una persona, a una amiga, mejor dicho, al ser amado era un acto deshonrroso e imperdonable.

De ese día fatídico lo más que recordaba era un dolor de cabeza y la cara preocupada de Blinder; depues todo lo demás fue oscuridad, mi mente se nublaba y al recuperar la cosciencia pude ver la a ella llorando con mucha sangre en su cuerpo y su padre delante mía furioso apuntándome con un arma. Con gran pánico huí del lugar con la sangre de la persona amada en mis ropajes ¿Qué había hecho? ¿Qué me había pasado? Miles de preguntas me acosaron la mente sin tener respuesta a ninguna de ellas solo podía correr sin mirar atras queriendo escapar del lugar.

Al llegar a mi hogar hice las maletas aprovecando que ningun familiar estaba en la casa. Ropa, utesilios de aseo y dinero fueron las únicas cosas de las que mi maleta se componía, solo quería ser rápido y salir huyendo. Me subí a la moto y dejé la ciudad con lagrimas en mis ojos y dolor en el corazón llevandome conmigo únicamente, mi moto, la ropa ensangrentada , la maleta y la dolorosa imágen de Blinder llorando y sangrando.

Así fue como empezé mi nueva vida como vagabundo, caminando sin rumbo, viviendo de la comida que robaba hasta que pude conseguir algo de dinero tocando el piano en un bar, hasta que una persona se interesó en mi talento y pude hacerme algo famoso por los conciertos que me patrocinaba, pero todas las canciones que componía eran iguales en el tema, tétricas, tristes, oscuras y llenas de dolor que hacían llorar a sus oyentes.

¿La razón de por qué todas eran así? Facíl respuesta todas se basaban en el pecado cometido en el pasado un pecado que jamás podría perdonarme. Los meses pasaron y con ello me cruzé con el director del shibusen que me ofreció entrar en el instituto, al principio me negé ya que no quería dañar a nadie más, pero aún asi no comprendí la razón por la que acabé aceptando. Quizas lo hice porque necesitaba la compañía de los demás para intentar absolber mi pecado.

Y aqui estoy, por un azar del destino me había rencontrado con la persona de la que había huído, ya no podia mirarla a la cara tal como hice al entrar a la biblioteca ahora mis ojos estaban clavados en el suelo con una triste expresión en el rostro. Tenía que responder a su comentario ya que no quería preocuparla pero...¿Preocupar a alguien que debía odiarme con todas sus fuerzas? Le dí la espalda y suspiré antes de poder hablar.

Ha pasado mucho tiempo Blinder...no esperaba que nos encontraramos aquí..-dije con voz apagada-¿Cómo te ha ido todo?-pregunté aún sin mirarla-

Parecía que el pasado me perseguía para hacerme pagar por lo que hice porque si ella estaba aquí, en esta ciudad, solo podía significar que su padre también lo estaba y sabía muy bien el porqué: Acabar conmigo. De mi pasado lo único que no recordaba era como escapé con vida de él cuando me apuntó con su pistola, quizás alguien le había detenido ¿Pero quién? ¿Blinder quizás?

No eso era imposible ella jamás detendría a la persona que iba a dar muerte al chico que casi la mata y causó tanto dolor tanto físico como psicológico. Mordí mis labios hasta hacerlos sangrar, unas gotas cayeron al suelo dejando una mancha carmesí en encima de su dureza ¿El porqué hice aquello? Quizás era que necesitaba sentír dolor físico para esquivar los recuerdos que apuñalaban mi corazón.

Apreté los puños y mi cuerpo comenzó a temblar, quería salir de allí pero sin embargo me senté en una silla cerca de Blinder y con la manga de la camisa limpié las lagrimas de mi rostro pero la sange aún goteaba manchando la mesa. Mi mirada seguía evitando a la chica, no merecía mirarla, ni siquiera hablar con ella pero...tenía tantas cosas que decirle, tanto por lo que disculparme y tanto por lo que compensarla...no sabía por donde empezar por lo que me mantube callado esperando a que aquel silencio fuese roto por el dulce sonido de la voz de Blinder.